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¿Están las mujeres más excluidas financieramente que los hombres?

La inclusión financiera es una prioridad en todo el mundo, pero en muchas regiones la brecha entre el porcentaje de hombres y mujeres que están financieramente excluidos es cada vez mayor. Entonces, ¿qué se puede hacer para cerrar la brecha?

La inclusión financiera ocupa los titulares desde hace años. No se puede subestimar su importancia, hasta el punto de que figura en al menos tres de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que las Naciones Unidas definieron en 2015 para mejorar el bienestar de la humanidad de aquí a 2030.

Pero, aunque se han logrado avances a nivel mundial para conseguir la inclusión financiera, el progreso no ha sido igual para todos los grupos demográficos. El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para preguntarse qué significa la inclusión financiera para las mujeres. ¿Por qué debería ser un tema crucial para las empresas y cómo puede contribuir eCash a mejorar la situación actual?

El impacto de COVID-19

Además de las personas mayores, las personas con discapacidad, los niños y los inmigrantes, las mujeres son uno de los grupos vulnerables que se han visto más afectados por el COVID-19. Según un análisis publicado en 2020 por ONU Mujeres, la pandemia mundial ha sumido en la pobreza a 47 millones de mujeres, y se calcula que en 2021 habrá 435 millones de mujeres que vivirán con menos de 1,90 dólares (unos 1,60 euros) al día.

El simple hecho de tener un empleo tampoco es necesariamente la solución, ya que muchas mujeres tienen más probabilidades de trabajar en la economía informal y ganar menos que los hombres. Sabemos que el desarrollo de la economía gig, tal y como se ha debatido recientemente, ha hecho que preservar un estatus financiero estable a través de este tipo de empleo sea cada vez más difícil. La creciente inseguridad laboral, la falta de seguros y la ausencia de ingresos regulares procedentes del trabajo en la economía gig son sólo algunas de las razones por las que un debate serio sobre la inclusión financiera de las mujeres es ahora más importante que nunca.

Mirar más allá del empleo

Pero la inclusión financiera no es sólo una cuestión de disponer de finanzas para gastar. Las cuestiones son más complejas y requieren la estrecha colaboración de muchos organismos, empezando por los gobiernos.

Por ejemplo, el 55% de los 1.700 millones de personas no bancarizadas son mujeres. Hay muchas razones por las que no tienen una cuenta bancaria, pero una de ellas es la falta de un documento de identidad válido. Sin ningún documento que confirme su identidad, no pueden abrir una cuenta bancaria, ni tradicional ni digital.

La digitalización en constante progreso de los servicios financieros sirve de poco si las mujeres tampoco poseen un teléfono inteligente. Como revela el informe The Mobile Gender Gap Report 2020, existe una brecha del 8% entre mujeres y hombres cuando se trata de poseer un teléfono inteligente en los países de ingresos bajos y medios, y una brecha del 20% cuando se trata del uso de Internet.

Este hecho debería ser una advertencia para todos los bancos "challenger" que construyen su estrategia de negocio basándose exclusivamente en que la gente tenga, utilice y realice transacciones con sus smartphones, algo que ya abordamos aquí.

Esto adquiere aún más importancia si se tiene en cuenta que las mujeres parecen preferir las nuevas formas de banca en lugar de los conceptos tradicionales bien establecidos y a menudo orientados al cliente masculino. Y hay mucho que ganar. En el Informe Oliver Wyman 2020 sobre las mujeres en los servicios financieros se afirma que "las empresas de servicios financieros están perdiendo cada año una oportunidad de ingresos de al menos 700.000 millones de dólares [unos 581.100 millones de euros] por no satisfacer plenamente las necesidades de las clientas".

Obtener acceso

Y sin embargo, para convertirse en clientes, muchas mujeres necesitan primero obtener acceso a esos servicios financieros. Facilitarles el ya mencionado DNI u otro método de identificación contribuiría a una inclusión más rápida. Dado que esto deben hacerlo las instituciones públicas, de las que en muchos países las mujeres reciben pagos regulares en efectivo, los gobiernos deberían dar prioridad a este proceso. Sólo entonces tendrán las mujeres la oportunidad de abrir una cuenta bancaria y depositar su dinero de forma segura sin exponerse a ser víctimas de la delincuencia.

La digitalización del dinero en efectivo desempeña un papel crucial a la hora de aumentar la seguridad financiera de las mujeres e impulsar su concienciación y alfabetización financieras.

Los métodos de depósito y pago eCash pueden ser un primer paso crucial para acelerar el proceso y reducir las desigualdades financieras entre hombres y mujeres. Gracias a que la implantación de eCash en el sistema de pagos está asegurada y cumple todas las restricciones financieras requeridas, las organizaciones y empresas que ofrecen servicios financieros pueden confiar en él y concentrarse en las necesidades reales de sus grupos objetivo, en este caso especialmente las mujeres.

Para las clientas, cuyo presupuesto suele basarse en el dinero en efectivo, las soluciones eCash podrían suponer una inclusión más rápida en el ecosistema financiero en línea y una oportunidad para aprender a gestionar su dinero digitalmente de forma más segura. Gracias a ello también se beneficiarían de las ventajas del comercio electrónico, que ha estado en auge durante COVID-19.

De cara al futuro

La inclusión financiera de las mujeres es sin duda una cuestión muy complicada que debe abordarse de forma multidimensional y siendo conscientes de su importancia global a largo plazo para el desarrollo social, empresarial y financiero. Las empresas fintech ya no pueden permitirse ignorar la cuestión si quieren crecer de forma constante y sostenible. Y deberían pensar en ello no sólo en el Día Internacional de la Mujer.

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